sábado, 23 de mayo de 2009

Bollo helado (mi autoría)



Hoy, voy a enseñarles como hacer un delicioso dulce helado.

* Primero: almíbar
Deposite en el fondo de una vasija redonda y con un furo al medio, 6 cucharas de chocolate en polvo y 4 cucharas de leche. Poner en el congelador.

* Primera crema:
Deposite en una olla una lata de leche condensada, dos porciones de leche (medidas en la lata de leche condensada), 4 yemas y una cuchara de almidón de maíz disolvido en un poco de leche. Cocinar en el fuego hasta llegar a una condición de crema pastosa.

* Segunda crema:
Batir en la batidora 4 claras durante 3 minutos. Después añadir 1 lata de crema de leche y 3 cucharas de azúcar. Batir durante 2 minutos.

* Última etapa:
Juntar la primera crema con la segunda en la batidora durante 4 minutos. Después es solo colocar en la vasija esa crema unificada junto al almíbar congelado. Congelar hasta el día siguiente. (10 horas)

Soy un ótimo cocinero. !Pruben esa receta, les va a gustar mucho!

martes, 19 de mayo de 2009

Antes de nacer



Mi madre estaba echada en el sofá, mirando la televisión. Notaba los movimientos de su hijo (yo) en el interior de su gran barriga. Y sonreía, imaginando cómo sería bueno tener el bebé en sus brazos dentro de poco tiempo. Mi padre entró en la casa y sentó al lado de mamá.

–¿Estás bien? ¿Quieres que te traiga algo?

–Ya estás aquí. Es todo lo que necesito.

Y se besaron.

[¡Hola chico! Como aquí dentro es caliente y oscuro! Su madre no es del todo transparente…jeje. Ya esta en la hora de venr al mundo...]

Mamá tomó la mano de papá y la apoyó sobre su barriga.

[…y antes de que vengan a manipularte los otros del lado luminoso. El juego ya empezó hace siglos ¿sabes? Y esta vez tu sangre no será ahorrada. Puedes estar orgulloso, chico, porque no colocamos cualquiera en nuestras filas…]

–Se movió nuestro bebé.
–! Sí! Mi mano pudo sentir!

[Tus padres hacieron una promesa. Di unas vueltas en tu árbol genético y... Tu tatarabuelo por vía paterna nos dio grandes alegrías... Merecías ver como cantaba. Sin hablar de su bisabuela, la señora Ana, que ahogó en barro a sus defectuosos retoños de la luz, sin miramentos…qué gran mujer...]

–¡Oh! ¿Estas sentido? ¡Es una patada tras de la otra!

–Si nuestro bebé sigue así, va a causarme lesiones internas.

–Él es el orgullo de su padre. !Serás un deportista!

[Pero dejamos de nostalgias: tú superarás a todos ellos, ya lo verás. Permíteme que meta las manos en tu pequeño cerebro…]

–¡Ah! - dijo mi madre.

–¿Qué ocurre, querida?

[…Para extraerte un par de cosas que tienes ahí y que no te sirven para nada. !OH! Que cosa extraña. No logré lo que queria pero... Ya está. Perfecto.]

–Uh... Creo que nada. Lo sentí moverse bruscamente, como si quisiese dar una vuelta.

–¿Y ahora? ¿sientes algún dolor?

–No. Nada... Nada... Fue solo un susto. Estoy tranquila.

[Bueno, chico, parece que ya estás preparado. Recuerda que eres nuestro campeón. Yo volveré a visitarte a veces, a lo largo del tiempo. Nos vemos…]

La última enfermera abandonó la habitación, cerrando la puerta. Yo estaba mamando en su pecho y papá sentado en una silla. Ambos me miraban con cariño y sentían profunda felicidad. Mi madre le dijo que mi nombre sería Pablo y después durmió... Para siempre...

Hasta hoy, los vecinos dicen que yo fui la causa de la muerte de mi madre. Que ella tuvo alguna complicación después de mi nacimiento. Y desde entonces llevo esa culpa. Pero yo no creo que ella murió por mi causa y si por alguna otra cosa. Yo no fui responsable de eso y siempre tengo pesadillas. Su muerte fue un misterio...

sábado, 9 de mayo de 2009

jueves, 7 de mayo de 2009

Niñez

Cuando era niño tenía muchas responsabilidades, pero nunca dejé de divertirme. Me gustaba jugar la pelota con los otros chicos de la vencidad. Jugaba también con las canicas y me gustaba volar cometa con mi padre. Tenía la obligación de llevar la leche hasta las casas de los vecinos pues mi madre murió en el parto y yo ayudaba a mi papá a la mañana y a la tarde hacía una larga caminata de cuarenta minutos hasta la escuela.
Desde niño, tengo pesadillas que me aterrorizan, principalmente en las noches lluviosas con truenos y relámpagos. Las vecinas decían que era un castigo porque mi mamá murió en el día que nací. Y también porque nací el trece de octubre. Siempre veía sombras en mi cuarto y me quedaba con mucho miedo.
Mi abuela intentaba acalmarme narrando historias de ángeles cantando canciones de chico. Tenía mucho amor por mi abuela, y mi abuelo hacía mi juguete preferido: la peonza.